La
Historia Militar de Santo Domingo fue escrita en la década de los
años cincuenta por el historiador de origen español, Manuel Higinio
del Sagrado Corazón de Jesús Arjona y Cañete, mejor conocido en
los medios intelectuales como fray Cipriano de Utrera. Se publicó
por primera vez en la Revista Militar, órgano de difusión del
Ejército Nacional de la República Dominicana. Para su elaboración,
el autor tuvo acceso a los fondos del Archivo General de Indias
durante cinco años.
Aunque
el título de esta obra es Historia Militar de Santo Domingo, se
trata de un texto sobre la historia de la isla Española durante el
siglo XVI, centrada de manera particular en la esfera política sin
que en ningún momento preste la atención necesaria a la
infraestructura militar. Antes de escribir la Historia Militar de
Santo Domingo, fueron muchos los textos escritos por Utrera acerca de
la historia colonial, todos cargados de gran erudición. Entre las
publicaciones más notables podemos destacar, entre otras, la
Polémica de Enriquillo, la Moneda Provincial de la isla Española,
Santo Domingo: Dilucidaciones Históricas, Universidades de Santiago
de la Paz y de Santo Tomás de Aquino y Seminario Conciliar de Santo
Domingo de la Española.
Como
historiador, Utrera se inscribe dentro de la corriente
historiográfica heredera del humanismo. De ahí proviene el
protagonismo que para él tiene todo lo relacionado con la política
y la supremacía del Estado. Interpreta la historia acorde con su
sistema de ideas y convicciones religiosas, sin dar cabida a la
crítica histórica.
A pesar de ello, vemos cómo a la hora de tomar partido en un hecho
histórico, lo hace de manera sesgada y consciente, actitud que le
impide colocarse al lado de la objetividad histórica. Quizás porque
el objetivo de sus investigaciones estuviera centrado en el estudio
de la historia colonial, le fuera más fácil conectar con la
ideología de la dictadura sin que, como dice Roberto Cassá, tuviera
que identificarse como un historiador del régimen. 1 No obstante, a
la hora de estudiar las Devastaciones de Osorio, extrapola los
acontecimientos acaecidos entre 1605 y 1606, para dejar reflejada su
concepción ideológica.
Una
de las principales características de esta obra es la manera en que
el autor cita los documentos, pareciendo muchas veces que son
reflexiones personales cuando en realidad forman parte de los legajos
consultados. Esto puede traer a confusión, sobre todo para los menos
versados en el período colonial, pues muchas veces, Utrera no define
cuándo comienza una cita y cuándo expone su opinión personal.
En
cuanto a la vigencia histórica de esta obra, la misma ha sido
superada gracias a que muchos historiadores dominicanos y extranjeros
han podido tener acceso a las fuentes originales, principalmente
aquellas que se encuentran en los fondos del Archivo General de
Indias. Igualmente, la metodología utilizada por esta nueva
generación de historiadores ha permitido abarcar campos de la
historia económica, ausente en Utrera. La interpretación de la
nueva historiografía ha tomado en cuenta los procesos históricos,
partiendo de la complejidad de aquel período y los elementos que
formaron parte de aquellos acontecimientos y que hicieron posible la
creación de una sociedad compleja.
La
Historia Militar de Santo Domingo, a pesar de haber permanecido
durante años en el anonimato y utilizada por un reducido grupo de
personas que han tenido acceso a la limitada y exclusiva primera
edición, ha significado un gran aporte para la historiografía
dominicana dedicada a la historia colonial.
Utrera
desarrolla el Tomo I de esta obra, publicado en 1950, en XIII
capítulos, los cuales no guardan necesariamente un orden cronológico
ni mucho menos una relación histórica con los asuntos tratados. Se
inicia con una pequeña introducción en la que apenas aclara los
temas que va a tratar en la misma. Este Primer Libro se inicia con lo
que Utrera llama un Capítulo Preliminar, que se reduce a un estudio
sobre La Gobernación de la Isla en el Siglo XVI. Ahí trata los
aspectos jurídico-administrativos de la colonia en los primeros años
de la conquista, sin que en ningún momento se detenga en analizar
los hechos que definieron el gobierno de Cristóbal Colón, almirante
y primer virrey de las Indias. En esta especie de preámbulo busca
las claves que dieron origen a la administración colonial en
términos jurídicos, construyendo una cronología de acontecimientos
que van desde 1502 hasta finales del siglo XVI. Se lamenta de que
durante todo aquel período no hubiera en la isla un cuerpo armado ni
cuarteles militares para la defensa de la colonia. Es muy probable
que este juicio lo hiciera con el fin de darle una mayor consistencia
a su teoría sobre la importancia de la historia militar que se
proponía escribir.
No
queda suficientemente claro, sin embargo, a qué se refiere Utrera
cuando hace esta afirmación, pues, como bien describe Bartolomé de
Las Casas en su Historia de las Indias, desde los primeros años de
la colonización, el Almirante mandó a construir fortalezas por toda
la geografía de la isla. 2 La defensa era una necesidad imperiosa
para los conquistadores, pues ésta era una sociedad de conquista. A
pesar de que el tema militar va a estar presente en toda la obra,
Utrera no logra sintetizar la problemática por lo que la misma sólo
queda reflejada por los acontecimientos sueltos que expone.
Fuente: Genaro Rodríguez Morel.
Fuente: Genaro Rodríguez Morel.
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