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Escritos: Revista Cultural

miércoles, 14 de agosto de 2019

Gregorio Luperon e Historia de la Restauración- Manuel Rodríguez Objìo, pdf, descarga gratis

SANTO DOMINGO, el 18 de abril de 1871, el Gobierno del Presidente Buenaventura Báez fusiló al escritor y político, general Manuel de Jesús Rodríguez Objío.
Había sido arrestado el 16 de marzo de 1871, luego de formar parte de un levantamiento contra el Gobierno de Buenaventura Báez, en la comunidad de El Pino, Sabaneta.
De inmediato fue trasladado a la ciudad de Santo Domingo, por el general Juan Gómez, para ser fusilado el 18 de abril de 1871.
Manuel Rodríguez Objío se había unido a un plan del general Gregorio Luperón para derrocar al Gobierno de Buenaventura.
Encabezó una insurrección que entró al territorio nacional desde Haití, pero los hombres de Rodríguez fueron derrotados en un combate escenificado en El Pino, Sabaneta, hoy Santiago Rodríguez.
Rodríguez Objío, tras llegar a la ciudad de Santo Domingo fue fusilado el 18 de abril de 1871.

Manuel Rodríguez Objío había nacido en la ciudad de Santo Domingo, el 19 de diciembre de 1838.
Cursó estudio en el Colegio San Buenaventura. Entre sus profesores se encontraban Alejandro Angulo Guridi y el sacerdote Caspar Hernández.

La Restauración fue un movimiento popular y nacionalista que mediante la guerra revolucionaria, devolvió a la República Dominicana su independencia, el 3 de marzo de 1865.
La Restauración fue un movimiento popular y nacionalista que mediante la guerra Revolucionaria, devolvió a la República Dominicana su independencia. La base social de ese movimiento estaba constituida, fundamentalmente por campesinos, la gurgucia urbana. Estas clases enarbolaron la bandera del Republicanismo democrático como representantes del progreso económico Social y Político en su época histórica.
La Restauración fue además el mayor movimiento armado que conoció el país en toda su existencia, a partir incluso de los tiempos coloniales.
El 16 de agosto, los dominicanos conmemoran otro aniversario del inicio de los actos bélicos, que desataron la guerra domínico-española, por la restauración de la República Dominicana, que había sido proclamada el 27 de febrero de 1844, pero desde su fundación estuvo amenazada por las luchas intestinas de sus fundadores y otros que aún siendo acabados de llegar, ejercieron un protagonismo y una presión tan deliberante, que terminaron desplazando a los más sacrificados por la patria.
El proceso de la anexión a España fue largo, ya que se acompañó de proyectos y gestiones como las que encabezaron Buenaventura Báez en 1846 y 1857, Mella y Felipe Alfaú en 1853.
Ya para 1860 la anexión a España comienza a germinar, a raíz de una larga exposición que escribió Pedro Santana a la reina Isabel II.
En esa carta Santana fundamenta la solicitud, señalando entre otras cosas, que el hecho de tener el mismo origen, religión y costumbres “nos inclinan a desear encontrar esa estabilidad en una más perfecta unión con la que fue nuestra madre patria que la que existe y seguramente nos presentará mejor oportunidad que las que ofrecen hoy las circunstancias”.
Como resultado de esta solicitud, llegó a Santo Domingo el general español Gutiérrez de Rubalcaba para estudiar la situación y rendir un informe, el cual fue favorable a la petición de anexión y Santana procedió a someter las bases en que debía apoyarse la anexión, las cuales especificaban lo siguiente:
  1. El respeto a la libertad individual y al principio de no esclavitud.
  2. Que el territorio dominicano fuera considerado como una provincia española y como tal, disfrutará de los derechos correspondientes.
  3. La utilización del mayor número de hombres, especialmente los del ejército, que desde 1844 habían prestado importantes servicios a la patria.
  4. La amortización del papel moneda circulante, como una de las primeras medidas.
  5. El reconocimiento y validez de los actos gubernamentales, ocurridos en el país desde 1844.

El descontento de muchos nativos que se oponían a la anexión, nunca se apagó y por el contrario, todas las medidas y accionar de los españoles, contribuían a incrementar el sentimiento patrio y muy pronto comenzaron los focos de resistencia que luchaban por el retorno a la vida republicana, que con sus virtudes y defectos, garantizaba por lo menos un mínimo de libertades e igualdad entre los ciudadanos.
España en ningún momento cumplió con los acuerdos que fundamentaban la anexión y las medidas económicas y represivas en contra de la población, no sólo traspasó lo administrativo y militar, sino que también volvieron medidas esclavistas y raciales, donde hasta la Iglesia Católica desconocía a los sacerdotes dominicanos.
Se fueron desatando varios movimientos tendentes a expulsar a los españoles y restablecer la república, como el levantamiento en Moca dirigido por José Contreras, el movimiento de la Regeneración Dominicana y el asalto de Neyba, ocurrido en febrero de 1863, dirigido por Cayetano Velásquez, también el día 21 de febrero de ese mismo año, Santiago Rodríguez encabezó un movimiento que culminó con el levantamiento y toma de Guayubin, donde los dominicanos sorprendieron la guarnición española y convirtieron toda la región noroeste en un bastión importante de la resistencia, ya que lograron el levantamiento de varias comunidades.
El estado de sitio, los apresamientos y fusilamientos emprendidos por los españoles, acrecentaron aún más las luchas de los restauradores y el amanecer del 16 de agosto de 1863, fue fiel testigo del ataque a Santiago, por hombres encabezados por Benito Monción, Gaspar Polanco, Benigno Filomeno Rojas, Cayetano Germosén, Olegario Tenarez, Eugenio Miches y Gregorio Luperón, entre otros.
Mientras que otro grupo encabezado por Santiago Rodríguez, Pedro Antonio Pimentel, José Antonio Salcedo, Lucas Evangelista de Peña y Federico de Jesús García, entre otros, enarboló la insignia tricolor, símbolo del pabellón dominicano, en el cerro de Capotillo, en la hoy provincia de Dajabón.
El movimiento restaurador abarcó a todos los sectores en los diferentes aspectos sociales, políticos y militares, en los que también podemos destacar la ayuda económica y bélica, de países como Venezuela y Haití.
Para finales del año 1864, ya el movimiento restaurador abarcaba todo el territorio dominicano, bajo el criterio de que la República todavía existía y bajo la consigna de “Libertad o Muerte” y “Guerra a Muerte Contra el Colonialismo Español y los Traidores a la Patria”.
Al comenzar el año de 1865, Geffrard, el presidente de Haití, envió un comisionado para mediar en la guerra y en los intercambios de prisioneros, que ya se había iniciado entre comisionados españoles y restauradores, así como el acuartelamiento y ubicación de todas las tropas españolas.
El día 3 de marzo de 1865, el gobierno español emitió el “Real decreto” que determinó el abandono por parte de España, del territorio dominicano y anulando el pacto de anexión.
Las tropas españolas iniciaron el proceso de evacuación el día 10 de julio de 1865, iniciándose así la segunda república bajo el mando de Pedro Antonio Pimentel, quien había sustituido a la Junta Central Gubernativa, el primero de marzo.

Fuente: http://www.educando.edu.do
https://mega.nz/#!ROhlCSbC!tO6DFAlh27miryyMEAsK-SDtyT2yDLqXISzIVZdAvd0



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