Había sido arrestado el 16 de marzo de 1871, luego de formar parte de un levantamiento contra el Gobierno de Buenaventura Báez, en la comunidad de El Pino, Sabaneta.
De inmediato fue trasladado a la ciudad de Santo Domingo, por el general Juan Gómez, para ser fusilado el 18 de abril de 1871.
Manuel Rodríguez Objío se había unido a un plan del general Gregorio Luperón para derrocar al Gobierno de Buenaventura.
Encabezó una insurrección que entró al territorio nacional desde Haití, pero los hombres de Rodríguez fueron derrotados en un combate escenificado en El Pino, Sabaneta, hoy Santiago Rodríguez.
Rodríguez Objío, tras llegar a la ciudad de Santo Domingo fue fusilado el 18 de abril de 1871.
Manuel Rodríguez Objío había nacido en la ciudad de Santo Domingo, el 19 de diciembre de 1838.
Cursó estudio en el Colegio San Buenaventura. Entre sus profesores se encontraban Alejandro Angulo Guridi y el sacerdote Caspar Hernández.
La Restauración fue un movimiento popular y nacionalista que mediante la guerra revolucionaria, devolvió a la República Dominicana su independencia, el 3 de marzo de 1865.
La Restauración fue un movimiento
popular y nacionalista que mediante la guerra Revolucionaria, devolvió a
la República Dominicana su independencia. La base social de ese
movimiento estaba constituida, fundamentalmente por campesinos, la
gurgucia urbana. Estas clases enarbolaron la bandera del Republicanismo
democrático como representantes del progreso económico Social y Político
en su época histórica.
La Restauración fue además el mayor
movimiento armado que conoció el país en toda su existencia, a partir
incluso de los tiempos coloniales.
El 16 de agosto, los dominicanos
conmemoran otro aniversario del inicio de los actos bélicos, que
desataron la guerra domínico-española, por la restauración de la
República Dominicana, que había sido proclamada el 27 de febrero de
1844, pero desde su fundación estuvo amenazada por las luchas intestinas
de sus fundadores y otros que aún siendo acabados de llegar, ejercieron
un protagonismo y una presión tan deliberante, que terminaron
desplazando a los más sacrificados por la patria.
El proceso de la anexión a España fue largo, ya que se acompañó de proyectos y gestiones como las que encabezaron Buenaventura Báez en 1846 y 1857, Mella y Felipe Alfaú en 1853.
Ya para 1860 la anexión a España comienza a germinar, a raíz de una larga exposición que escribió Pedro Santana a la reina Isabel II.
En esa carta Santana fundamenta la solicitud, señalando entre otras
cosas, que el hecho de tener el mismo origen, religión y costumbres “nos
inclinan a desear encontrar esa estabilidad en una más perfecta unión
con la que fue nuestra madre patria que la que existe y seguramente nos
presentará mejor oportunidad que las que ofrecen hoy las
circunstancias”.Como resultado de esta solicitud, llegó a Santo Domingo el general español Gutiérrez de Rubalcaba para estudiar la situación y rendir un informe, el cual fue favorable a la petición de anexión y Santana procedió a someter las bases en que debía apoyarse la anexión, las cuales especificaban lo siguiente:
- El respeto a la libertad individual y al principio de no esclavitud.
- Que el territorio dominicano fuera considerado como una provincia española y como tal, disfrutará de los derechos correspondientes.
- La utilización del mayor número de hombres, especialmente los del ejército, que desde 1844 habían prestado importantes servicios a la patria.
- La amortización del papel moneda circulante, como una de las primeras medidas.
- El reconocimiento y validez de los actos gubernamentales, ocurridos en el país desde 1844.
El descontento de muchos nativos que se
oponían a la anexión, nunca se apagó y por el contrario, todas las
medidas y accionar de los españoles, contribuían a incrementar el
sentimiento patrio y muy pronto comenzaron los focos de resistencia que
luchaban por el retorno a la vida republicana, que con sus virtudes y
defectos, garantizaba por lo menos un mínimo de libertades e igualdad
entre los ciudadanos.
España en ningún momento cumplió con los
acuerdos que fundamentaban la anexión y las medidas económicas y
represivas en contra de la población, no sólo traspasó lo administrativo
y militar, sino que también volvieron medidas esclavistas y raciales,
donde hasta la Iglesia Católica desconocía a los sacerdotes dominicanos.
Se fueron desatando varios movimientos
tendentes a expulsar a los españoles y restablecer la república, como el
levantamiento en Moca dirigido por José Contreras, el movimiento de la
Regeneración Dominicana y el asalto de Neyba, ocurrido en febrero de
1863, dirigido por Cayetano Velásquez, también el día 21 de febrero de
ese mismo año, Santiago Rodríguez encabezó un movimiento que culminó con
el levantamiento y toma de Guayubin, donde los dominicanos
sorprendieron la guarnición española y convirtieron toda la región
noroeste en un bastión importante de la resistencia, ya que lograron el
levantamiento de varias comunidades.
El estado de sitio, los apresamientos y
fusilamientos emprendidos por los españoles, acrecentaron aún más las
luchas de los restauradores y el amanecer del 16 de agosto de 1863, fue
fiel testigo del ataque a Santiago, por hombres encabezados por Benito
Monción, Gaspar Polanco, Benigno Filomeno Rojas, Cayetano Germosén, Olegario Tenarez, Eugenio Miches y Gregorio Luperón, entre otros.
Mientras que otro grupo encabezado por Santiago Rodríguez, Pedro Antonio Pimentel, José Antonio Salcedo, Lucas Evangelista de Peña y Federico de Jesús García,
entre otros, enarboló la insignia tricolor, símbolo del pabellón
dominicano, en el cerro de Capotillo, en la hoy provincia de Dajabón.
El movimiento restaurador abarcó a todos
los sectores en los diferentes aspectos sociales, políticos y
militares, en los que también podemos destacar la ayuda económica y
bélica, de países como Venezuela y Haití.
Para finales del año 1864, ya el
movimiento restaurador abarcaba todo el territorio dominicano, bajo el
criterio de que la República todavía existía y bajo la consigna de
“Libertad o Muerte” y “Guerra a Muerte Contra el Colonialismo Español y
los Traidores a la Patria”.
Al comenzar el año de 1865, Geffrard, el
presidente de Haití, envió un comisionado para mediar en la guerra y en
los intercambios de prisioneros, que ya se había iniciado entre
comisionados españoles y restauradores, así como el acuartelamiento y
ubicación de todas las tropas españolas.
El día 3 de marzo de 1865, el gobierno
español emitió el “Real decreto” que determinó el abandono por parte de
España, del territorio dominicano y anulando el pacto de anexión.
Las tropas españolas iniciaron el
proceso de evacuación el día 10 de julio de 1865, iniciándose así la
segunda república bajo el mando de Pedro Antonio Pimentel, quien había
sustituido a la Junta Central Gubernativa, el primero de marzo.
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