SEÑOR FEDERICO HENRIQUEZ
Te vuelvo tu valioso drama rindiéndote espresivas gracias por tu amabilidad al enviármelo, i felicitándote por el triunfo adquirido en esa feliz inspiración de tu drama. Desde que supe su existencia tuve sed de leerIo, tuve ánsias de saborear esas bellezas sospechadas por mi fantasía i denunciadas por el escrito de Pérez. I no me engañaba: su lectura interesa, vivamente el ánimo, i, una vez principiada, no es posible abandonarla sin concluir. Esto fué lo que yo hice, i que hará indudablemente todo el que tenga alma, todo el que sepa sentir con los episodios conmovedores de tu drama.
Desprovista le los atributos que constituyen una autóridad literaria, no puedo levantar la voz para hacer el análisis de tu obra; pero, si se consultase mi dictámen, yó, guiada por no sé que influencia secreta que me hace adivinar lo bello i me arrebata con sus inspiraciones, diré: que en ese tesoro todo es joya.
Créeme siempre tu amiga verdadera,
SALOMÉ UREÑA..
Santo Domingo, noviembre 5 de 1877.
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