“Rufinito”,
“Alma Dominicana” y “Guanuma”, son novelas concebidas con una
misma idea central: usar los personajes de la historia dominicana
como ejes de relatos en que los caracteres principales no son
precisamente figuras históricas. Así, por ejemplo, en “Guanuma”
Fondo Ortiz es el héroe de la novela pero no es el personaje
histórico; el personajes histórico es Pedro Santana, y Guanuma es
el escenario en que se mueve Pedro Santana.
En
la concepción general, esas tres novelas de don Federico García
Godoy nacieron bajo la influencia de los “Episodios Nacionales”
de don Benito Pérez Galdós; pues en la vasta obra del escritor
canario los protagonistas son seres comunes, gente del pueblo o de la
clase media o de la aristocracia española, nunca héroes de las
grandes hazañas de sus país, pero los héroes de esas grandes
hazañas son la contraparte justificativa de los protagonistas.
Además
del general Santana, en “Guanuma” vemos ante nosotros al general
Vargas, a Juan Pablo Duarte, a Luperón. Sin embargo la figura de
Santana es la que más impresiona al lector, a pesar de que aparece
descrita brevemente y un solo capítulo. Pero la descripción es
magnífica, obra de un escritor de alta categoría. Antes de llegar a
Santana en persona, García Godoy prepara el ambiente; va formando,
co la atmòsfera del campamento, el carácter de Santana, como si ese
carácter les llegara a sus amigos y sus enemigos a través de los
ruidos, los movimientos y las peripecias sin importancia del vivac de
Guanuma. Así, cuando García Godoy entre en el capítulo titulado
“Ocaso de un Astro”, el lector se ha forjado una imagen adecuada
del ambiente que ha crado Santana en torno suyo, y de ese ambiente
deduce la manera de ser del gneral anexiador; de manera que al darse
con la descripción de Santana en persona, encuentra que la figura es
adecuada a la idea ya hecha.
Don
Federico García Godoy tenía las cualidades necesarias para ser
novelista. Sabía relatar; le relato no se le iba de las manos ni se
le obstruía en ellas. Salvo algún que otro momento en que el autor
filosofa, “Guanuma” es esencialmente relato, acción, hechos. Si
el novelista no logró crear caracteres definidos en Fonso Ortiz y
Rosario, anduvo muy cerca de alcanzarlo; y debemos reconocer que si
lo hubiese logrado, “Guanuma” sería una obra maestra, un “capo
iavoro” como dicen los italianos.
Pues
la novela está bien concebida; la trama es fluída, los personajes
históricos aparecen trazados con seguridad, el ambiente está bien
reconstruído. Y por último el lenguaje es hermoso y simple, muy de
la època en que “Guanuma” fue escrita, cuando el habla española
de los literatos americanos brillaban bajo el fulgor del
parnasianismo francés modificado por el verbo de Ruben Darío. En
medio de esa habla García Godoy introduce los modismos del lenguaje
popular dominicano; y los lectores de “Guanuma” van a encontrar
en la novela, dos veces por lo menos, una palabra que se había
perdido en el país y que fue resucitada a fines de 1961 e
incorporada entonces al lenguaje político nacional: es la palabra
“tutumpote”.
Juan
Bosch
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