La
publicación de las obras completas dePedro Henriquez Ureña por la
Editora Nacional, editadas antes por la Universidad "Pedro
Henríquez Ureña" por iniciativa de don Juan Jacobo de
Lara, viene a constituir un aporte en la era del conocimiento, en
razón deque Pedro Henríquez Ureña, José Martí, Eugenio
Maria de Hostos, José Enrique Rodó y Alfonso Reyes, para mencionar
sólo algunos nombres, deben estar en nuestra América como el insumo
esencial de nuestras bibliotecas, para nuestras computadoras, la
Internet y las nuevas tecnologías que garanticen un verdadero saber
cuyo contenido ético humanístico oriente los nuevos senderos en
nuestra América. El carácter universal de la obra de Pedro
Henríquez Ureña nunca contrasta con lo que llamó don Emilio
Rodríguez Demorizi con acierto La dominicanidad en Pedro Henriquez
Ureña. Sus estancias en Estados Unidos, Cuba, España, las dos
jornadas de México y los más de 20 años en Argentina, permitirán
captar la evolución de su conocimiento y la multiplicidad delas
disciplinas que abordó.
Sus
reflexiones sobre figuras de nuestra literatura como Rubén Darío,
Sor Juan Inés de la Cruz,Eugenio Maríade Hostos, José Enrique Rodó
y Juan Ruiz de Alarcón son determinantes. Acerca de este último
elaboró una tesis sumamente original que transformó toda la visión
de la intelectualidad hispanoamericana y peninsular sobre este
dramaturgo de primera dimensión. Su admiración desde la juventud
por la cultura griega y el rigor de su estudio sumados a sus
profundos conocimientos sobre las literaturas inglesa, alemana,
francesa y norteamericana le llevó a pensar en un mensaje a todos
los estudiosos: "El ansia de perfección es la única norma,
pero no una perfección intelectual al margen de la justicia".
Y
por eso dirá: "El ideal de justicia está antes que el ideal de
cultura: es superior al hombre apasionado de justicia el que sólo
aspira a su propia perfección intelectual [...] Si nuestra América
no ha de ser sino una prolongación de Europa, si lo único que
hacemos es ofrecer suelo nuevo a la explotación del hombre por
el hombre (y por desgracia esa es hasta ahora nuestra única
realidad), si no nos decidimos a que esta sea la tierra de promisión
para la humanidad cansada de buscarla en todos los climas, no
tenemos justificación [...] Nuestra América se justificará ante la
humanidad del futuro cuando se constituya en magna patria, fuerte y
próspera por los dones de la naturaleza y por el trabajo de sus
hijos, dé el ejemplo de la inteligencia".
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Lo
que confiere la condición de maestro, es decir, de paradigma, de
influencia bienhechora, de irradiación espiritual, no es la
sumatoria de palabras o de hechos que expone un disertante. Los
diccionarios también cumplen esa función. Diríamos ahora, quela
Internet y las diversas formas de comunícación moderna,
tecnológicas, también.
La
mejor expresión de su figura nos la ofrece Jorge Luis Borges, cuando
dijo que "maestro no es quien enseña hechos aislados o quien se
aplica a la tarea mnemónica de aprenderlos y repetirlos, ya que en
tal caso una enciclopedia sería mejor maestro que un hombre, Maestro
es quien enseña con el ejemplo, una manera de tratar las cosas, un
estilo genérico de enfrentarse con el incesante y vario universo...
ideas que están muertas en el papel, fueron estimulantes y vividas
para quienes las escucharon y conservaron porque detrás de ellas, y
en tomo a ellas, había un hombre. Aquel hombre y su realidad las
bañaban.
Pedro
Henríquez Ureña trabajó la crítica filosófica y privilegió tres
condiciones que constituyen base firme de cualquier método o sistema
de crítica, conocimiento, intuición y sensibilidad. Sereno,
equilibrado, exigente. Distinguió con claridad dos Américas en
Caminos de nuestra historia literaria yen Seis ensayos en busca de
nuestra expresión: la América buena y la América mala. La América
buena está erigidaç sobre la cultura, la estabilidad y el
desarrollo. La América mala, en el atraso y la flaqueza. La América
buena la identifica con la democracia; la mala con las tiranías
ignorantes o ilustradas, o la anarquía.
Para la Secretaría de Estado de Cultura y la Editora Nacional, la edición de las Obras completas de Pedro Henríquez Ureña es el acontecimiento capital de la cultura dominicana de cara al siglo XXI. Ningún evento o acción en plano trascendente de la formación y uso consciente de las herramientas teóricas y la visión práctica del proceso de creación de los valores de la lengua, la identidad y la cultura, está por encima de este aporte. Su voz es actual y su pensamiento es
inagotable.
Delante
de nosotros, su efigie, su rostro su palabra rigurosa y estricta;
marchan ya sus palabras, su enorme cultura y su fundamental sabiduría
y, sobretodo, camina el pueblo liberado por la cultura, el país
exorcizado de sus demonios de oscurantismo y envilecimiento. Desde
algún cielo de amor y magisterio, llueven sus ideas, como abono
fértil, sobre un nuevo ser nacional, mejores dominicanos
para
una Patria de hombres y mujeres cultos, de hombres y mujeres libres,
como dijera Martí.
Tony Raful
¿Pueden volver a publicar el primer tomo, por favor?
ResponderEliminarSi, por favor, vuelvan a cargar el primer tomo
EliminarMuchas gracias por poner al alcance de todos las obras del Maestro Pedro Henríquez Ureña que son un verdadero tesoro.
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