El
viaje estético
De abril en adelante
Publicada
inicialmente en 1975, De abril en adelante es una de las obras
capitales de Marcio Veloz Maggiolo, narrada con un lenguaje dotado de
una expresividad alucinante y de una fascinante estética formal.
Esta novela constituye un hito, debido a que es una de las que da
pautas al dogma posvanguardista en el acontecer literario nacional.
La novela de Veloz Maggiolo explora diversos temas, diversos
registros discursivos que atrapan la esencia viva de una época
marcada por las anomalías y frustraciones del carácter
sociopolítico de la posdictadura, y en ella el autor explora la
tradición experimental y despliega la evocación histórica a una
escala mayor.
La
dialéctica entre historia y ficción alcanza en la obra de Marcio
una atmósfera magistral. La dualidad discursiva es latente, y
ostenta un carácter decisivo, desafiante y combativo en la
concepción del tiempo histórico evocado, dualidad que Carlos
Fuentes, en su Geografia de la novela, nos obliga a preguntar:
«¿Puede la literatura oponerse, quizás a sabiendas de su fracaso,
al proceso de des-historización y des-socialización del mundo en
que vivimos?». La respuesta la encontramos en la narrativa
desdoblada y cognitiva de Veloz Maggiolo, que se nutre de la
intrahistoria y articula diversas variantes de la dominicanidad.
Los
personajes de esta novela, Paco, Perucho, Zinia, Ramón, Sanluis,
Melissa, Marjorie, Mignon, Samuel, cobran una dimensión especial,
construyen
y deconstruyen un mundo en el que aflora el debate sobre la pérdida
de identidad revolucionaria y el abordaje crítico del sistema a
través de la sátira; asimismo, emerge la contradicción, el humor
chispeante, la frustración, y allá en el fondo, en cada ápice de
la dominicanidad, la sombra implacable del genio civilizador, el
Benefactor y Padre de la Patria Nueva.
La
visión bizarra en De abril en adelante, con su carga semántica, se
proyecta como un viaje que suele llevar consigo una metáfora
aguerrida, atravesada a su vez por un armazón lúdico que sustenta
una formidable narración, en donde los recursos estilísticos
priorizan, a veces, la acción, y hacen patente el dinamismo que va
redefiniendo y resituando el viaje estético a través de varias
gestas (las de 1605, 1865 y 1965) a las que se les puede aplicar el
aserto de Ray Bradbury: «¿Y el viaje? Exactamente la mitad terror,
la mitad júbilo».
El
propio autor nos revela algunas pistas sobre esta novela en una
entrevista concedida en el 2002 al periodista José Carvajal, en
donde expone algunas claves que gravitan alrededor del texto.
La
trama de esta novela es variopinta, y en un principio el autor nos
revela las peripecias cotidianas, y si se quiere, existencialistas de
un grupo de amigos de diversas procedencias, con intereses comunes,
que inicia un viaje marcado por las aspiraciones literarias y la
tendencia militante de corte izquierdista, y que en esencia contrasta
con Paco, quizás el personaje central de la novela, hijo del
inefable coronel Aguirre, un siniestro militar procreado en las
mismas entrañas de la Era de Trujillo que trashuma como un fantasma
las llanuras de un historicismo fragmentado, pero vigoroso, y se
oculta en un amasijo de sentimientos encontrados, que va bordeando a
la propia narración en sucesivos episodios que rompen la linealidad,
donde el autor, con extraordinaria sagacidad, va desentrañando la
tragedia que marcó los acontecimientos de la gesta de abril de 1965
y todo el entramado de aquella época, y asimismo la especial
aparición de la inverosímil tropa de enfermos de tuberculosis; por
otro lado, la férrea memoria de La Restauración de 1865, donde
«Sonó el conocido cañoneo. Las tropas españolas disponían de un
buen cuerpo de caballería. Habían cruzado la isla de Santo Domingo
de punta a punta perdiendo hombres y pudriéndose en las ciénagas y
cañadas. Paludismo, sífilis, deshidratación, tumores enormes,
balas y emboscadas las menguaban»; y la incidencia de las
devastaciones de 1605, en la que encuentra a un Hernando Montoro [que
en su rebelión] «con gruesas polainas hasta la rodilla, sombrero de
ala redonda y látigo en mano [traza otro viaje] y mientras suena el
siguiente cañoneo [desde la emotiva evocación de Cuando amaban las
tierras comuneras, suspira y acota]: creen que nos van a intimidar».
De
abril en adelante, con ese trasfondo conspicuo que marca lo mítico,
lo onírico y lo eufórico, expone las prodigiosas vivencias de su
Villa Francisca, presente en casi todas las narraciones de Marcio
Veloz Maggiolo. Y así, con sus consabidos capítulos, subcapítulos,
infracapítulos y anticapítulos, va constituyendo una novelística
de profunda exploración, dotada de tal dinamismo en cuanto a sus
recursos estilísticos, que induce al lector a cuestionarse, y a
asumir una posición crítica ante los enfoques históricos que
enuncia. Por otro lado, la poesía desgarradora y colmada de
pesimismo obtiene un nicho explícito y catalizador en uno de sus
infracapítulos, donde Veloz Maggiolo hace una apología de esta
poesía combativa al incluir poemas de Ramón Francisco, Miguel
Alfonseca y Juan José Ayuso. Marcio Veloz Maggiolo es poeta,
cuentista, novelista, crítico, antropólogo, investigador
arqueólogo, Premio Nacional de Literatura de 1996, celebrado
contertulio de los años 60, maestro de generaciones y artífice de
una obra cardinal que enriquece las letras latinoamericanas. Con la
redición de esta novela, se enriquece el catálogo del Archivo
General de la Nación, cuyo propósito es dar a conocer el acervo
cultural y difundir la memoria histórica de la República
Dominicana.
Orlando
Cordero
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