Porque la Revolución Democrática de Abril de 1965, como expresión cimera de un proceso de acumulación de fuerzas que empezó muchos años atrás, constituye, al igual que la Guerra Restauradora de 1863-1865, los dos momentos en que el pueblo dominicano, con sus propias fuerzas, construyó una Alternativa Política propia, acorde con sus aspiraciones y sueños. Porque el derrocamiento del gobierno de facto del Triunvirato, mediante la combinación de la acción de los militares democráticos y nacionalistas con la insurgencia de las masas, abrió las puertas para que en el país se realizaran los cambios democráticos que la República Dominicana requería para dar un salto en su desarrollo económico, político y social; porque la intervención militar norteamericana se llevó a cabo para impedir, precisamente, con el triunfo de las fuerzas democráticas y populares, la consumación de aquellos cambios; y porque esto sólo lo consiguieron utilizando un ejército de 42,000 soldados, la más grande fuerza de ocupación movilizada por el imperio para frenar los procesos de lucha de los pueblos americanos.
Porque la intensidad de aquel acontecimiento abrió las puertas para que se manifestaran los aspectos humanistas y avanzados de la cultura popular; porque en aquella gran fragua que fue la Guerra de Abril, la solidaridad prevaleció sobre el egoísmo; la creatividad sobre la cosificación; el estilo de vida sencillo sobre la pompa, ostentación y el consumismo; el afán científico sobre el misterio y el engaño; el arte humanista y popular sobre el arte escapista y alienador; el compartir con los demás contra la práctica de competir con los demás y la afirmación de la vida y la alegría contra la negación de la vida y la desesperanza.
Porque la intensidad de aquel acontecimiento abrió las puertas para que se manifestaran los aspectos humanistas y avanzados de la cultura popular; porque en aquella gran fragua que fue la Guerra de Abril, la solidaridad prevaleció sobre el egoísmo; la creatividad sobre la cosificación; el estilo de vida sencillo sobre la pompa, ostentación y el consumismo; el afán científico sobre el misterio y el engaño; el arte humanista y popular sobre el arte escapista y alienador; el compartir con los demás contra la práctica de competir con los demás y la afirmación de la vida y la alegría contra la negación de la vida y la desesperanza.
Fundamental este libro para la historia de lucha del pueblo dominicano.
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