La Tierra está bramando, la autora se apropia de un
itinerario de “viajes hacia adentro” como respuesta a la
identidad aparentemente enmudecida del sujeto femenino, cuyos
fragmentos discursivos trazan la metáfora de la huída, para escapar
de un sistema político de dolor irreparable.
Este texto
narrativo trata una realidad literal de confinamiento. Eugenia, en
medio de monólogos confesionales, resquebraja para sí misma la
soledad, el encasillamiento genérico, y un destino
ineludible,
víctima de una agobiante dictadura.
Contreras
a través de esta novela de amor, fisionada en un presente de
incertidumbre, instaura desde el exilio de la utopía, un
bildugsroman para recuperar palabra por palabra la autorrealización
fallida, desenmascarando los escindidos territorios del silencio
impuesto.
La
historia que rodea la vida de la protagonista, obviamente, es la de
muchas otras mujeres que no asimilaron a la sociedad dominante de su
época ni las estructuras del poder patriarcal. Por tanto, su
elección fue la angustia existencial y la rebeldía en medio de una
fisura de la memoria o la “normalidad” represiva. Se ambienta en
la época de la dictadura de Trujillo (1930-1961)
Fuente:
Patxi z, Usario y miembros de Yahoo, Respuestas.
HILMA CONTRERAS
Nació
en San Francisco de Macorís el 8 de diciembre de 1913 y murió el 15
de enero de 2006. Hija de la Sra. Juana María Castillo y del Dr.
Darío Contreras, primer cirujano dominicano especializado en
ortopedia y precursor de esa especialidad en el país, por lo cual el
principal hospital de traumatología lleva su nombre.
Fue la
primera mujer en ganar el Premio Nacional de Literatura en el 2002,
hasta ese momento otorgado solo a escritores varones. Nunca casó ni
tuvo hijos. Su redescubrimiento literario se atribuye a Manuel Mora
Serrano. Fue la primera mujer en hacer literatura con un marcado
acento de género, en el cual destacaba las condiciones de
sometimiento social, legal y afectivo de las mujeres. Alfabetizada en
Paris, cursó allí estudios de las lenguas francesa e inglesa, de
literatura y arqueología; aunque regresó en el 1933 al país,
pasaba vacaciones en su pueblo natal y en Santiago, donde
transcurrieron algunos años de su infancia.
En 1937 y
alentada por Juan Bosch, comenzó a escribir cuentos que fueron
publicados en diferentes diarios, especialmente en la Información,
de Santiago. Publicó dos volúmenes de cuentos: 4 Cuentos (1953) No.
3 de la Colección La Isla Necesaria y El Ojo de Dios, Cuentos de la
Clandestinidad (1962) Colección Baluarte, Ediciones Brigadas
Dominicanas, y uno de ensayo: Doña Endrina de Calatayud (1952).
Además, La Tierra esta Bramando (1986), novela corta.
Tiene
inéditas: “Pueblo Chiquito” (Ficción y realidad), “La
Carnada” (cuentos de relatos de ayer) y “De aquí y de Allá”,
apuntes. Entre dos Silencios (1987), y Facetas de la Vida (1993)
hecha por la autora del material que atesora sin ser recogido en
libro, salvo, La Ventana, que apareció en 4 Cuentos. En el 1993 se
publicó el libro Hilma Contreras: Una Vida en Imágenes, bajo la
coordinación editorial de Ylonka Nacidit-Perdomo. Estos textos no se
parecen a nada de lo producido hasta ahora en nuestra literatura.
Hilma
Contreras es, realmente, una maestra del relato breve y una artífice
del cuento psicológico. Imposible de encasillar en “ismos” o
tendencias, su escritura es clara, tersa, su lenguaje moderno y sin
embargo, sus cuentos hacen pensar y cautivan, no solo por la
plasticidad lírica sin excesos, sino por su dominio de la técnica
narrativa que va, desde la tensión dramática y el detalle trágico,
hasta la sorpresa final que desconcierta o remansa lo narrado. Por su
conocimiento del suspenso y su experiencia humana de la soledad, –
en el libro Entre dos silencios – se pone de manifiesto la
auténtica revelación de nuestra premier cuentista.
amás hay
mas de dos o tres personajes en conflicto, como manda la buena
tradición del género, y a pesar de sus vividuras y vivencias en
Europa (reflejadas en costumbres como la del portero), la mayoría
están ambientados aquí y en algunos casos (Ahora Seremos Felices)
en la aldea, con sabrosos criollismos. Es, ante todo, una escritura
urbana, no-solo por la limpieza de su léxico y el gran pudor con que
trata escabrosos temas sexuales y describe intimidades, sino por la
altura de su bien decir y por la economía de medios expresivos y,
como dije, por la gran modernidad conseguida a través de su maestría
narrativa.
Sueños
que son auténticos delirios oníricos, frustraciones humanas,
locuras, humillaciones, hermosos perdones, poemas de la soledad,
pecados absurdos, de esos materiales están hechos estos cuentos de
fuego y muerte, de abandono y tristeza, que, sin embargo, descansan
en una simpatía por el ser humano y una visión del porque somos tan
frágiles y de cómo la vida esta llena de pequeños olvidos y
recuerdos.
Hilda
Contreras, al encantarnos y cautivarnos en el libro Entre Dos
Silencios, que yo hubiera titulado “Entre los Sueños”, nos deja,
al final de su lectura, como quedamos muchas veces luego de una
pesadilla: maravillados y consternados al saber que tanto lo onírico
como lo real pertenecen al mismo territorio de nieblas: la existencia
humana.
Gracias
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