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Escritos: Revista Cultural

jueves, 25 de abril de 2019

Abril, Historia gráfica de la guerra de abril- Fidelio Despradel, pdf descarga gratis

Porque la Revolución Democrática de  Abril de 1965, como expresión cimera de un proceso de acumulación de fuerzas que empezó muchos años atrás, constituye, al igual que la Guerra Restauradora de 1863-1865, los dos momentos en que el pueblo dominicano, con sus propias fuerzas, construyó una Alternativa Política propia, acorde con sus aspiraciones y sueños. Porque el derrocamiento del gobierno de facto del Triunvirato, mediante la combinación de la acción de los militares democráticos y nacionalistas con la insurgencia de las masas, abrió las puertas para que en el país se realizaran los cambios democráticos que la República Dominicana requería para dar un salto en su desarrollo económico, político y social; porque la intervención militar norteamericana se llevó a cabo para impedir, precisamente, con el triunfo de las fuerzas democráticas y populares, la consumación de aquellos cambios; y porque esto sólo lo consiguieron utilizando un ejército de 42,000 soldados, la más grande fuerza de ocupación movilizada por el imperio para frenar los procesos de lucha de los pueblos americanos.

Porque la intensidad de aquel acontecimiento abrió las puertas para que se manifestaran los aspectos humanistas y avanzados de la cultura popular; porque en aquella gran fragua que fue la Guerra de Abril, la solidaridad prevaleció sobre el egoísmo; la creatividad sobre la cosificación; el estilo de vida sencillo sobre la pompa, ostentación y el consumismo; el afán científico sobre el misterio y el engaño; el arte humanista y popular sobre el arte escapista y alienador; el compartir con los demás contra la práctica de competir con los demás y la afirmación de la vida y la alegría contra la negación de la vida y la desesperanza.

https://drive.google.com/file/d/1BSpsJvZqRhWDofOSvqPzXPzXO-xq4jPP/view?usp=sharing

sábado, 20 de abril de 2019

El sargento Douglas Lucas-Revolución Constitucionalista y Guerra Patria de Abril de 1965-Juan José Ayuso, pdf, descarga gratis

Nombres y escenarios de 1965 desde el 28 de abril de 1965 las tropas de la invasión norteamericana empezaron a llegar por el puerto de Haina, municipio vecino al Oeste de Santo Domingo, capital de la República Dominicana.

Los marines desembarcaron y se trasladaron al campo de polo cerca del hotel El Embajador, al Oeste de la ciudad. La operación militar tenía ya un código: Power-Pack (paquete de poder).

Power-Pack !, el segundo contingente, aterrizó en la base aérea de San Isidro dos días después. Las tropas de la 82nd. Airborne que lo integraban fueron de inmediato movilizadas desde allí hacia el Oeste, por la avenida de Las Américas hasta la cabecera Este del puente Duarte, torcieron al Sur en ángulo de 45 grados y tomaron toda la orilla del Ozama frente a Santo Domingo.

La 82nd. Airborne es la tropa élite del ejército norteamericano. El Este de la ciudad había sido tomado, al igual que el Oeste, una vez establecida por los soldados norteamericanos y en un movimiento Oeste-Este y Este-Oeste lo que se denominó Zona Internacional de Seguridad o Corredor de seguridad, que desde el Oeste de la ciudad bajaba al sur por la calle Leopoldo Navarro y que redujo y cercó el territorio constitucionalista en once barrios del centro de la capital.

(Una llamada operación limpieza ejecutada a principios de mayo, ya con las tropas norteamericanas aquí y con su dirección y apoyo, eliminó el Norte de la ciudad como reducto de combate y resistencia de los constitucionalistas).

(Los once barrios del centro de la ciudad eran, al Sur y de Oeste a Este, Gascue, Ciudad Nueva y Ciudad Colonial; al Norte, Este a Oeste, Santa Bárbara, Villa Francisca, Villa Consuelo, San Antón, San Miguel, San Lázaro, San Carlos y Ensanche Lugo) .

En poco tiempo, Power-Pack había movilizado por mar y aire a unos 42 mil marines, paracaidistas y otros soldados que desde Santo Domingo ocupaban y dominaban todo el territorio. Estados Unidos explicó que la invasión buscaba proteger las vidas e intereses norteamericanos.

Dice el historiador militar norteamericano Lawrence A. Yates en Power-Pack: US. intervention in the Dominican Republic, 1965-1966, que el día 30 de abril J ohn Bartlow Martin fue enviado al país para negociar un cese de fuego y que 24 horas más tarde reporta que la revuelta estd bajo control comunista. (El Country-Team norteame­
ricano coincidiría de inmediato con la apreciación del enviado, dice  también) .

Tres años antes, Bartlow Martin había sido embajador en el país, designado por el presidente John F. Kennedy. Demócrata y liberal, se conocía de sus relaciones con los demócratas y liberales dominicanos, quienes las apreciaban y al iniciar su gestión mediadora en 1965 confiaron en su sentido de justicia y por lo menos en su neutralidad ante los hechos.

https://drive.google.com/file/d/1Jq8ajaUE5j2LLJp4jUhFJTVUbSYEjx25/view?usp=sharing

martes, 16 de abril de 2019

La Revolución de Abril 1965- Tony Raful, pdf, descarga gratis

ALGUNAS PALABRAS 20   AÑOS DESPUÉS

La inmensa multitud era un espectáculo desbordante . Millares de hombres, mujeres, niños y ancianos, corrían como locos por todo lo largo de la avenida Duarte, parecía una serpiente humana inter111inable. Semidesnudos, descalzos, con chancletas, con ropas interiores, marchaban disparadas hacia el escenario de la historia. Parecían enloquecidos reclamando el retorno de la constitución . del 63 y Juan Bosch, Presidente. La voz de José Francisco Peña Gómez que anunció el derrocamiento del Triunvirato hacía apenas quince minutos por Radio Comercial, los había llamado ''a las calles, y como por un conjuro mágico aquella plebe, aquella masa vilipendiada, había decidido conquistar ella misma su derecho a la libertad, a la justicia y a la felicidad.

Mis ojos tuvieron la dicha enorme de contemplar aquellos sucesos, no tuve en mis manos el fusil pero fui parte de aquel amor, de aquella llama que nos cubrió, de aquella locura que en la explanada del Puente Duarte, esperaba con bombas molotov, el avance de los tanques. Yo que sí estuve ahí cuando el primer avión sobrevolaba en horas de la tarde del 25 de abril, debo confesar que jamás he visto una decisión tan firme , heroica y hermosa de morir.

La guerra no se olvida decía René del Risco. Y es verdad ¿cómo olvidar los cientos de muertos en estado de descomposición a nuestro lado? ¿cómo olvidar los rostros aterrorizados de mis padres llevándome a ocultarme debajo de la cama cuando los bombardeos y ametrallamientos tocaban nuestra casa que quedaba en la zona de combate? Ellos en su ingenuo razonar, prisioneros del pánico, sólo atinaban a creerse seguros debajo de un viejo colchón. No, no se olvida la guerra. Cómo olvidar a los primeros soldados del Centro de Enseñanza de la Fuerzas Armadas, que cruzaron valientemente el Puente de Duarte, luego de la matanza, y que al frente de una columna de tanques, marchaban a paso lento por la avenida Duarte, con la gorra hacia atrás (como contraseña) el 27 de abril de 1 96 5 , y fueron sorprendidos cuando al llegar a la esquina donde yo vivía, daba un brinco espectacular un hombre vestido de negro (después supe que era un hombre rana) enfrentando su avance y sumiendo en un fuego ensordecedor de varios minutos el lugar.

¿cómo olvidar aquella imagen humillante de los soldados extranjeros taconeando las calles de mi ciudad. Cómo olvidar las emisiones de radio extranjera que escuchábamos hasta altas horas de la noche, de noches sin luz eléctrica, procurando el aliento solidario internacional para una causa justa?

¿cómo olvidar la desazón al saber que el Presidente Molina Ureña se había asilado y con él toda la plana mayor constitucionalista, al creer derrotado el movimiento constitucionalista, pero no obstante seguir escuchando las descargas endemoniadas de la guerra, y pensar que todavía se combatía fieramente? Y qμe alegría saber que oficiales jovenes habían decidido llevar hasta el fin la lucha iniciada.

Después todo el infortunio pero también toda la alegría. Todo el sueño para nosotros, reguardados en aquella zona liberada, bajo el mágico esplendor de los ideales de libertad y redención humana.

No, la vida no podía ser ya la misma, ni los valores, ni los conceptos. La guerra nos había transformado sin darnos cuentas en seres con una hondura social tan sensible como limpia.

Para mí la guerra es una desgracia en términos humanos y espirituales .. No la deseo ni la amo, pero entiendo que su humanidad era preservada por los altos ideales del decoro y la dignidad . Esos conceptos pueden no tener vigencia, pero tienen historia, y en ese espejo de lo que fue el dominicano en su coyuntura de abril de 1965, están dadas las basamentas de lo que seremos un día cuando por razones idénticas a las que movieron a los hombres a combatir, se dispongan a amarse y a fundar el reino de la sabiduría y la bondad. Con apenas 13 años, yo abrí mis ojos bien grandes en medio de la humaredá y del llanto y de la alegría.

Abril tiene amuletos, imanes, canciones trenzadas a su cuerpo encandilado, epopeyas que nos alzan hacia un universo de luces y ternuras, de utopías y besos. A esa magia se remite quien escribe sin alterar un ápice el riguroso escenario de los hechos .

Tony Raful
30 de abril de 1985 ..


https://drive.google.com/file/d/1MJnR1bZOcof70DKq999aJcaPbFRrr8Z8/view?usp=sharing

viernes, 12 de abril de 2019

Coronel Rafael Fernández Domínguez, soldado del pueblo y Militar de la Libertad-Arlette Fernández, pdf, descarga gratis


SU ÚLTIMA CARTA
Mayo del 65, Río Piedras,
Puerto Rico.

Adorada Letty:
Imagino lo desesperada que estás por venir y espero en Dios puedas resolver todo pronto para que puedas estar aquí en esta semana.

Te estoy haciendo esta carta porque es posible que cuando llegues yo no esté aquí, ya que hay una posibilidad de poder entrar a mi Patria y quiero decirte y pedirte muchas cosas. Espero que así sea, ya que no soporto más la situación en que me encuentro; mientras mis compañeros y mi pueblo, luchan y mueren, yo estoy aquí, como un idiota perfecto, después de luchar tanto y sufrir inmensamente en este odiado exilio; yo, que estaba llamado a responsabilizarme y dirigir el movimiento, tengo la desgracia de tener que contemplar desde lejos cómo matan cobardemente a los míos y no puedo ayudarlos, no puedo hacer nada; esto me tiene destrozado y creo que mi desesperación me volverá loco; lo que siento sólo es comparado a lo que sentí cuando murieron mi papá e Ivonne; bueno, tú sabes como he aprendido a amar a mi Patria y ahora no puedo hacer nada por salvarla.

Esto es terrible para mí, sólo Dios sabe lo que siento cuando hablo por teléfono con los muchachos y me doy cuenta de que no puedo estar a su lado. Por eso Letty, aunque sé que es una muerte segura, me voy como sea; he agotado todos los recursos imaginables para poder entrar pero ha sido imposible.

Imagínate, he pasado días enteros entre montes y cañaverales, y tratando de entrar en bote ya que en avioneta nadie puede ni se prestan con razón a entrarme; esta vez es seguro, pues hay un hombre muy responsable que se ofrece a llevarme y estoy listo para partir.
Estoy consciente del peligro pero, tú sabes que lo más sagrado para mí es el deber y hoy debo cumplirlo nada menos que con mi patria y mi pueblo. Me siento dichoso de que Dios me brinde la oportunidad de cumplirlo como soldado.

Si me pasa algo, sé que vas a sufrir mucho y tú y mis hijos pasarán trabajo. No les dejo siquiera una casa pero, cuando te veas muy apurada recuerda que esto es más que nada porque fui honrado y tengo mis manos inmaculadas y esto debe servirte de orgullo e incentivo para luchar; sé que eres valiente y no me defraudarás.

Además, recuerda lo que tanto te he dicho. Todos tenemos nuestro destino marcado y si el mío es morir por mi patria, es el destino más maravilloso que hombre alguno pueda tener y la felicidad que yo sentiría es algo inexplicable. Yo tengo el privilegio de haber aprendido a amar a mi pueblo y a mi patria de esta forma que sólo yo sé, de haber tratado de superarme a mí mismo y tratar de llegar a ser “UN HOMBRE”. Tú sabes como he luchado contra las tentaciones de la vida para hacer que en mi mente y en mi corazón aniden siempre y en todos los momentos de mi vida, la vergüenza, la honradez, la justicia, el amor y el patriotismo. Tú sabes todo esto, mi vida, por eso, si caigo por defender y cumplir con stos sagrados principios, por mis ideales que tanto he tratado de que sean verdaderamente puros, tú y mis hijos deben sentirse orgullosos, porque yo, desde donde esté, me sentiré muy feliz.

Al leer esta carta sé que te pondrás muy triste, pues sé lo que me quieres y lo sensible que eres, pero necesito desahogarme pues sufro mucho y estoy muy desencantado. Por la prensa y la radio te habrás enterado de que los norteamericanos nos tildan de comunistas, esto no es más que un pretexto para aniquilarnos y con ello al pueblo que hoy lucha por reconquistar sus derechos, pues ellos muy bien que saben cómo somos y la razón y pureza de nuestros ideales, pero son malos, despreciables y traidores, cobardes animales que no saben con todo su poderío, de dignidad y honor, sólo les interesa el vil metal, lo demás para ellos no vale nada. Pero el valor y patriotismo de nuestro pueblo es algo que no se puede decir con palabras, y no podrán; antes, tenderán una alfombra de cadáveres sobre Santo Domingo y, aún cuando nos pisoteen, seremos más grandes y dignos que ellos.

Dentro de mi desesperación, siento un orgullo tremendo pues mis compañeros de armas, aquel grupo que yo elegí por su seriedad y vergüenza, ha dado muestras de un valor y patriotismo encomiable, ¿te acuerdas lo que decía de Francis,* Lachapelle, ** y Quiroz?, *** no me equivoqué. También siento gran satisfacción porque aunque no luchamos precisamente por un hombre y un partido, he comprobado que el Señor Presidente es un gran hombre y de mucho valor, ya que esto no se demuestra sólo peleando; además, lo que más admiro en él es su nobleza e inteligencia porque ha sabido salvar vidas y no sólo de revolucionarios. Veo que los dominicanos no se equivocaron cuando lo eligieron.

Si me pasa algo, ocúpense tú y Celeste de cuidar mucho a mamá para que no vuelva a enfermar; bueno Letty, ya verás que no me pasa nada, los hombres tan idealistas como yo no mueren muy fácilmente, pero por si acaso, tengo algo que pedirte y encomendarte. En nombre de ese amor que nos tenemos, tienes que luchar con todos los medios a tu alcance para hacer de mis hijos hombres dignos y de vergüenza, honrados y valientes (sé que tú lo eres) porque si yo no puedo llegar a hacer por mi pueblo todo lo que pienso, entonces ellos tendrán que hacerlo, son mi aporte a la patria que venero, la única herencia que les dejo, a ti y a Ella; los varones, sean o no militares, tienen que luchar y morir si es necesario por verla libre y nuestro pueblo feliz y lo que es más, que den su vida, si es que tienen que hacerlo, llenos de felicidad; en resumen, incúlcales mis ideales, y entonces, como dice aquél escrito que puse en un cuadro en casa: NO HABRE VIVIDO EN VANO.

Ojalá traigas el dinero de la venta del carro, pues el que traje lo gasté en equipos para mi viaje y también se lo he dado a algunos amigos que han venido. Cómprale ropa a los niños y me le pagas cien pesos que le cogí prestados a mamá.

Me voy Letty, pero en esta carta te dejo mi corazón y mi alma. Miles de besos a los niños, cuídense mucho y que Dios los bendiga.

Te adora tu Rafa.

https://drive.google.com/file/d/1tBvUJOs14W3M9hN511mkuSpRDBNxtT5P/view?usp=sharing

miércoles, 10 de abril de 2019

Abril en mis recuerdos. Testimonio de una combatiente -Teresa Espaillat, Pdf, descarga gratis

La autora quedó fuertemente marcada, como todos los que estuvimos presentes, por la Revolución de Abril. Esos recuerdos palpitan en su memoria con fuerza arrolladora. Así es como surge en ella la necesidad de contar, de contar lo vivido, de contar lo aprendido, de contar las angustias, las alegrías ... El valor del testimonio de los protagonistas a través del recuerdo, la imaginación, los conflictos, los retos cumplidos le imprimen a la historia sentido humano. Esta la hacen los pueblos y a través de la historia personal de cada hombre o mujer actor también se reconstruye, pero sobre todo se recrea el espíritu, el ambiente a través de las ilusiones, desilusiones, triunfos, fracasos, emociones, comportamientos de quienes la hicieron. Aquí sólo importa expresar unas vivencias que reflejan el ambiente, el sentir del momento más glorioso protagonizado por el pueblo dominicano durante el siglo XX, especialmente desde los recuerdos de algunas de las mujeres allí presentes. Estos relatos no pretenden hacer historia, sólo recrear algunos episodios latentes en su memoria.

La participación de la autora en la contienda de abril del 1965 como militante de izquierda que era no es fortuita, tiene sus raíces en su antitrujillismo, pasando por su participación en las jornadas de lucha libradas por nuestro pueblo en pos de la destrujillización y continua con su presencia en la Cuba Revolucionaria de los 60. Decir presente en la epopeya de Abril era pues una repuesta de conciencia. Así, Teresita, como le llamábamos en esos tiempos, entra en la historia reciente de los dominicanos por la puerta grande. Al hablar de ella y de su compromiso social es obligatorio verla en la otra dimensión donde también su vocación de servicio se manifiesta. Actualmente es profesora universitaria de orientación y pedagogía. Ha trabajado en esa área durante años. En este quehacer, quizás menos valorado por la sociedad de hoy, pero no por eso menos noble y desinteresado, también día a día da lo mejor de sí.
Teresa emigra junto a su esposo Carlos Amiama, también un luchador revolucionario, e hijas a Es-paña al inicio de la década de los noventa. Allí permanecen 8 años. Regresa definitivamente cuando Carlos enferma de gravedad y a los pocos días muere. En esas circunstancias es en las que nos reencontramos. En forma natural, espontánea, como sucede entre personas a las que unen lazos históricos, coincidencia de enfoques, actitudes semejantes frente a la vida y sobre todo afecto auténtico, es que nuestra amistad se renueva y crece. Así, recordando, viviendo de nuevo aquellos días tan significativos para ambas, me muestra algunos de los relatos concebidos durante su ausencia. A medida que los leía y .compartíamos recuerdos, vivencias, nostalgias y pareceres descubro en ella habilidad para narrar y le digo:

-Tú tienes facilidad para narrar, y además tienes mucho que contar, ¿por qué no le das forma para compartirlo con los demás?

En principio duda, la animo de nuevo hasta convencerla.

Y es así como me veo involucrada en este proyecto. Pasan meses y hasta años. La autora, que ya tiene la inquietud y el impulso comienza a escribir, a consultar, a recordar colectivamente, y van surgiendo más recuerdos hasta constituir lo que hoy es un libro con anécdotas, relatos y vivencias de algunas de las mujeres de Abril. En el trayecto otros también la estimulan y así va tomando forma hasta que un día, ya en el momento de editarlo, viene a mi casa y me dice que desea le escriba el prólogo. En principio me sorprendí, luego, naturalmente, me sentí halagada de que mi amiga me pidiera ser parte de su obra.

Al escribir estas palabras me es imposible sustraerme de los lazos afectivos que nos unen a todas las que allí estuvimos. Y digo con ella que las catorcistas, mujeres del Movimiento Revolucionario 14 de junio nos integramos a todas las tareas que las circunstancias nos demandaron. A través de los episodios aquí relatados se recuerdan detalles, algunos íntimos, de aquellos cuatro meses y días vívidos por "las chicas de abril", como nos llama cariñosamente José Ernesto Oviedo, nuestro querido gordo.

Los relatos van desde los cotidianos hasta los políticos. Algunos íntimos, otros retratos de comportamiento, los jocosos y los profundamente tristes, los tiernos y los estremecedores de dolor, y en todos ellos la presencia de algunas de las  muchas mujeres que participamos en la Guerra de Abril.

Esta obra tiene el valor de recordarnos que sin las mujeres, las tareas de apoyo logístico hubieran sido imposibles de realizar, repito, las mujeres participamos en todo tipo de actividades: políticas, asistenciales, domésticas, militares... y si se considerara que las militares son sólo en el combate mismo, ahí están también algunas mujeres no organizadas en los partidos, mujeres de las entrañas del pueblo, como Gladys Borrel, "La coronela". En lengua llana, no rebuscada, sin ser coloquial; espontánea sin ser descuidada, nos lleva arrecorrer a través de sus recuerdos algunos de los tantos episodios de la cotidianidad de aquellos memorables y heroicos días en que el pueblo
dominicano se lanzó en turbulentas multitudes a defender primero el respeto a la Constitución y luego el derecho a la libre decisión, pisoteada por las botas invasoras. Recurre tanto a lo discursivo como a lo expresivo, según la narración lo amerite, cumpliendo así con su intención de explicarnos las circunstancias que rodean el hecho y adentrarnos en sus recuerdos a través del hilo que conduce las acciones narradas.

Estos relatos servirán a unos para recordar, a otros para recrear y a otros para imaginar aquellos acontecimientos compartidos con nuestros compañeros desde la participación femenina. La bibliografía existente sobre el tema es escasísima y abordada por mujeres sólo existe el libro de Margarita Cordero "Mujeres de Abril", que recoge los testimonios de diez. mujeres. Esta nueva obra es un aporte más que busca reivindicar la participación de la mujer. Constituye, además, una modalidad innovadora en tanto que trata el tema desde lo que se llama hoy en día testimonio, y que muchos historiadores luego usan como fuente de información. En la que se valoran las pruebas
orales, las usuales, las opiniones de la gente común, de la cultura popular, del héroe anodino. En la que la historia es vista desde abajo.

CRISTINA DíAZ


https://drive.google.com/file/d/1KmV6uxPR0NDes9VbrcsMKM2O5s1rdaiO/view?usp=sharing

domingo, 7 de abril de 2019

Historia dominicana.· desde los aborígenes hasta la Guerra de Abril - Augusto Sención Villalona-Pdf, descarga gratis


Este libro presenta la historia de República Dominicana, desde sus pobladores
aborígenes hasta el año 1965 , cuando tuvo lugar una guera civil y la ocupación del país por tropas de Estados Unidos. El libro es una adaptación de una obra escrita por el historiador Roberto Cassá, entre los años 1976 y 1977. Dicha obra consta de dos tomos , el primero fue aumentado en una edición posterior.


Repúbl ica Dominicana es un país del Continente Americano ubicado en el
archipiélago de Las Antillas, que se dividen en Mayores y Menores pertenece a las Antillas Mayores, junto con Cuba, Haití, Jamaica y Puerto Rico. República Dominicana está ubicada en una isla que comparte con Haití.

La extensión territoral es de 48,730 kilómetros cuadrados, solo superada en el Caribe por la isla de Cuba. Limita al norte con el océano Atlántico, al sur con el mar Caribe, al este con el canal de la Mona, que la separa de Puerto Rico, y al oeste con l a República de Haití.

La población dominicana en el año 2009 es de 9.7 millones de personas, en su
mayoría mulatas, o sea, mezcla de personas negras y blancas (67%). La población negra es cerca del 30% del total y la blanca representa un 3%. El idioma oficial del país es el español.

República Dominicana se divide en 32 provincias, un Distrito y 185 municipios. Su capital es Santo Domingo. Su sistema de gobierno es d e democracia representativa, con tres poderes: Ejecutivo; Legislativo y Judicial. El Poder Legislativo tiene dos cámaras, la de diputados y la de senadores.

https://drive.google.com/file/d/1bUn-mS2jGX0RyxQNDlzuoUVV3zLEr25h/view?usp=sharing




lunes, 1 de abril de 2019

De abril en adelante (Novela) -Macio Veloz Magiolo-pdf, descarga gratis


El viaje estético 

De abril en adelante

Publicada inicialmente en 1975, De abril en adelante es una de las obras capitales de Marcio Veloz Maggiolo, narrada con un lenguaje dotado de una expresividad alucinante y de una fascinante estética formal. Esta novela constituye un hito, debido a que es una de las que da pautas al dogma posvanguardista en el acontecer literario nacional. La novela de Veloz Maggiolo explora diversos temas, diversos registros discursivos que atrapan la esencia viva de una época marcada por las anomalías y frustraciones del carácter sociopolítico de la posdictadura, y en ella el autor explora la tradición experimental y despliega la evocación histórica a una escala mayor.

La dialéctica entre historia y ficción alcanza en la obra de Marcio una atmósfera magistral. La dualidad discursiva es latente, y ostenta un carácter decisivo, desafiante y combativo en la concepción del tiempo histórico evocado, dualidad que Carlos Fuentes, en su Geografia de la novela, nos obliga a preguntar: «¿Puede la literatura oponerse, quizás a sabiendas de su fracaso, al proceso de des-historización y des-socialización del mundo en que vivimos?». La respuesta la encontramos en la narrativa desdoblada y cognitiva de Veloz Maggiolo, que se nutre de la intrahistoria y articula diversas variantes de la dominicanidad.

Los personajes de esta novela, Paco, Perucho, Zinia, Ramón, Sanluis, Melissa, Marjorie, Mignon, Samuel, cobran una dimensión especial,
construyen y deconstruyen un mundo en el que aflora el debate sobre la pérdida de identidad revolucionaria y el abordaje crítico del sistema a través de la sátira; asimismo, emerge la contradicción, el humor chispeante, la frustración, y allá en el fondo, en cada ápice de la dominicanidad, la sombra implacable del genio civilizador, el Benefactor y Padre de la Patria Nueva.

La visión bizarra en De abril en adelante, con su carga semántica, se proyecta como un viaje que suele llevar consigo una metáfora aguerrida, atravesada a su vez por un armazón lúdico que sustenta una formidable narración, en donde los recursos estilísticos priorizan, a veces, la acción, y hacen patente el dinamismo que va redefiniendo y resituando el viaje estético a través de varias gestas (las de 1605, 1865 y 1965) a las que se les puede aplicar el aserto de Ray Bradbury: «¿Y el viaje? Exactamente la mitad terror, la mitad júbilo».
El propio autor nos revela algunas pistas sobre esta novela en una entrevista concedida en el 2002 al periodista José Carvajal, en donde expone algunas claves que gravitan alrededor del texto.

La trama de esta novela es variopinta, y en un principio el autor nos revela las peripecias cotidianas, y si se quiere, existencialistas de un grupo de amigos de diversas procedencias, con intereses comunes, que inicia un viaje marcado por las aspiraciones literarias y la tendencia militante de corte izquierdista, y que en esencia contrasta con Paco, quizás el personaje central de la novela, hijo del inefable coronel Aguirre, un siniestro militar procreado en las mismas entrañas de la Era de Trujillo que trashuma como un fantasma las llanuras de un historicismo fragmentado, pero vigoroso, y se oculta en un amasijo de sentimientos encontrados, que va bordeando a la propia narración en sucesivos episodios que rompen la linealidad, donde el autor, con extraordinaria sagacidad, va desentrañando la tragedia que marcó los acontecimientos de la gesta de abril de 1965 y todo el entramado de aquella época, y asimismo la especial aparición de la inverosímil tropa de enfermos de tuberculosis; por otro lado, la férrea memoria de La Restauración de 1865, donde «Sonó el conocido cañoneo. Las tropas españolas disponían de un buen cuerpo de caballería. Habían cruzado la isla de Santo Domingo de punta a punta perdiendo hombres y pudriéndose en las ciénagas y cañadas. Paludismo, sífilis, deshidratación, tumores enormes, balas y emboscadas las menguaban»; y la incidencia de las devastaciones de 1605, en la que encuentra a un Hernando Montoro [que en su rebelión] «con gruesas polainas hasta la rodilla, sombrero de ala redonda y látigo en mano [traza otro viaje] y mientras suena el siguiente cañoneo [desde la emotiva evocación de Cuando amaban las tierras comuneras, suspira y acota]: creen que nos van a intimidar».

De abril en adelante, con ese trasfondo conspicuo que marca lo mítico, lo onírico y lo eufórico, expone las prodigiosas vivencias de su Villa Francisca, presente en casi todas las narraciones de Marcio Veloz Maggiolo. Y así, con sus consabidos capítulos, subcapítulos, infracapítulos y anticapítulos, va constituyendo una novelística de profunda exploración, dotada de tal dinamismo en cuanto a sus recursos estilísticos, que induce al lector a cuestionarse, y a asumir una posición crítica ante los enfoques históricos que enuncia. Por otro lado, la poesía desgarradora y colmada de pesimismo obtiene un nicho explícito y catalizador en uno de sus infracapítulos, donde Veloz Maggiolo hace una apología de esta poesía combativa al incluir poemas de Ramón Francisco, Miguel Alfonseca y Juan José Ayuso. Marcio Veloz Maggiolo es poeta, cuentista, novelista, crítico, antropólogo, investigador arqueólogo, Premio Nacional de Literatura de 1996, celebrado contertulio de los años 60, maestro de generaciones y artífice de una obra cardinal que enriquece las letras latinoamericanas. Con la redición de esta novela, se enriquece el catálogo del Archivo General de la Nación, cuyo propósito es dar a conocer el acervo cultural y difundir la memoria histórica de la República Dominicana.

Orlando Cordero

https://drive.google.com/file/d/1JcX9rgUmnFQ0rProBjO7KPrzIcE7xVMq/view?usp=sharing