viernes, 25 de enero de 2019
El ideario de Juan Pablo Duarte
jueves, 24 de enero de 2019
Proyecto de Constitución de Juan Pablo Duarte
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El proyecto de Constitución de Duarte
El Patricio asumió la trascendental misión de despertar una nación dormida y
Su Proyecto inconcluso de Constitución revela que Duarte tenía un sólido conocimiento en asuntos constitucionales, y que conocía el pensamiento de los principales teóricos del
constitucionalismo y de algunas constituciones de carácter liberal y democrática.
El manuscrito que ha llegado a nosotros es de apenas diez páginas. Lo conocemos por Rosa Duarte, que nos confiesa que cuando su hermano diseñaba la bandera al colocar la cruz blanca entre los cuarteles azules y rojos, símbolo de la unidad del cristianismo, se produjo una discusión entre Duarte y varios de sus compañeros que no creían en su idea de la unidad de todas las razas y que en rapto de incomodidad rompió la Constitución que escribía, de la que pudo salvar y legar a la historia las referida páginas. Ese Proyecto debió ser escrito en el período de marzo y julio de l844, pues se ha de recordar que en el primero regresó al país del exilio y en el segundo fue expatriado por Santana. Al parecer el Patricio lo había hecho para proponerlo a la asamblea constituyente que al fin se reunió en San Cristóbal sin la presencia del Fundador de la República, injusta y violentamente expulsado del país por el referido déspota.
La noción de la Ley
Llama la atención l concepto de la Ley que el Patricio tenía, la cual está encuadrada y sustentada en el pensamiento más progresista y avanzado de su tiempo, es decir, el liberalismo democrático. Para Duarte es en la Ley y no en las conveniencias de los gobernantes, “en donde hay que encontrar el hilo conductor, insustituible, que habrá de coordinar y armonizar el juego de los intereses individuales y de las aspiraciones comunitarias”.
De conformidad con Rousseau, Duarte consideró que la Ley ha de emanar de “la sola autoridad legítima existente”; a saber: “el Poder soberano del pueblo”, y que ella debe regir en un plano de igualdad “así a los gobernados como los gobernantes”, tanto a las clases avasalladas como a la clase dominante. Ella es la que “da al gobernante el derecho de mandar”, pero es también la que “impone al gobernado la obligación de obedecer”.
Y la autoridad que no está constituida de conformidad con la Ley es ilegítima, lo cual tiene como consecuencia, que no tiene derecho a gobernar ni el pueblo está obligado a obedecerla. El gobernante que asume el poder de conformidad con la ley puede caer en la ilegitimidad cuando la desconozca o la viole, y en este caso no puede ser obedecido. Así Duarte encuadra su pensamiento en Roberto Belarmino, quien consideró que un gobernante puede ser legitímo en sus orígenes, pero ilegítimo en sus ejecutorias.
A consecuencia de lo anterior, percibimos también en Duarte la idea de que el Poder ha de estar limitado por la Ley, y ésta “por la justicia, la cual consiste en darle a cada uno lo que en derecho le pertenezca” . De esta manera el Padre de la Patria restaura el principio del suum cuimqunque tribure, a cada cual lo suyo, que Aristóteles ha definido como la base de la justicia distributiva, como un factor de estabilización social, y que más adelante Ulpiano lo recogerá como un principio básico del derecho positivo.
El Patricio, como bien ha observado, Joaquín Salazar, con impresionante acierto, convirtió la referida noción del filósofo de Estagira del “a cada cual lo suyo” en “una norma de aplicación coercitiva que deja sin sentido las implicaciones negativas que se desprenden del concepto de la explotación del hombre por el hombre”, y este principio “lo convierte en la base de una muy bien fundamentada concepción de la justicia social”.
La idea de la igualdad
El principio roussoniano de la igualdad y la definición de ésta dentro de la legalidad y en contra de los privilegios aristocráticos es una de las principales ideas del pensamiento
liberal democrático. La cual se expresa en el principio de la generalidad de la Ley y en el desconocimiento del fuero personal del clero y el ejército, aunque en nuestro país y en muchos Estados hispanoamericanos, los militares mantuvieron sus privilegios corporativos.
Esta idea roussoniana, y la noción de la Ley elaborada por Monstequieu, se caracteriza por ser general y universal: “La Ley es igual para todos sin distinción de personas y sexos”. Estas ideas son muy perceptibles en Duarte, forman parte del instrumental teórico que utilizó en el diseño de su proyecto de Carta Magna.
sumida en el desaliento y la desesperanza, y a formar conciencia de la viabilidad de su independencia, realizada la gran epopeya nacional el 27 de febrero de l844, dio inicio a la gran tarea histórica de asegurar el funcionamiento del naciente Estado, pues no bastaba sólo con el logro de su emancipación, sino que era necesario establecer los sillares ideológicos y delinear los elementos ideológicos organizativos de la nueva entidad política. Su Proyecto inconcluso de Constitución revela que Duarte tenía un sólido conocimiento en asuntos constitucionales, y que conocía el pensamiento de los principales teóricos del
constitucionalismo y de algunas constituciones de carácter liberal y democrática.
El manuscrito que ha llegado a nosotros es de apenas diez páginas. Lo conocemos por Rosa Duarte, que nos confiesa que cuando su hermano diseñaba la bandera al colocar la cruz blanca entre los cuarteles azules y rojos, símbolo de la unidad del cristianismo, se produjo una discusión entre Duarte y varios de sus compañeros que no creían en su idea de la unidad de todas las razas y que en rapto de incomodidad rompió la Constitución que escribía, de la que pudo salvar y legar a la historia las referida páginas. Ese Proyecto debió ser escrito en el período de marzo y julio de l844, pues se ha de recordar que en el primero regresó al país del exilio y en el segundo fue expatriado por Santana. Al parecer el Patricio lo había hecho para proponerlo a la asamblea constituyente que al fin se reunió en San Cristóbal sin la presencia del Fundador de la República, injusta y violentamente expulsado del país por el referido déspota.
La noción de la Ley
Llama la atención l concepto de la Ley que el Patricio tenía, la cual está encuadrada y sustentada en el pensamiento más progresista y avanzado de su tiempo, es decir, el liberalismo democrático. Para Duarte es en la Ley y no en las conveniencias de los gobernantes, “en donde hay que encontrar el hilo conductor, insustituible, que habrá de coordinar y armonizar el juego de los intereses individuales y de las aspiraciones comunitarias”.
De conformidad con Rousseau, Duarte consideró que la Ley ha de emanar de “la sola autoridad legítima existente”; a saber: “el Poder soberano del pueblo”, y que ella debe regir en un plano de igualdad “así a los gobernados como los gobernantes”, tanto a las clases avasalladas como a la clase dominante. Ella es la que “da al gobernante el derecho de mandar”, pero es también la que “impone al gobernado la obligación de obedecer”.
Y la autoridad que no está constituida de conformidad con la Ley es ilegítima, lo cual tiene como consecuencia, que no tiene derecho a gobernar ni el pueblo está obligado a obedecerla. El gobernante que asume el poder de conformidad con la ley puede caer en la ilegitimidad cuando la desconozca o la viole, y en este caso no puede ser obedecido. Así Duarte encuadra su pensamiento en Roberto Belarmino, quien consideró que un gobernante puede ser legitímo en sus orígenes, pero ilegítimo en sus ejecutorias.
A consecuencia de lo anterior, percibimos también en Duarte la idea de que el Poder ha de estar limitado por la Ley, y ésta “por la justicia, la cual consiste en darle a cada uno lo que en derecho le pertenezca” . De esta manera el Padre de la Patria restaura el principio del suum cuimqunque tribure, a cada cual lo suyo, que Aristóteles ha definido como la base de la justicia distributiva, como un factor de estabilización social, y que más adelante Ulpiano lo recogerá como un principio básico del derecho positivo.
El Patricio, como bien ha observado, Joaquín Salazar, con impresionante acierto, convirtió la referida noción del filósofo de Estagira del “a cada cual lo suyo” en “una norma de aplicación coercitiva que deja sin sentido las implicaciones negativas que se desprenden del concepto de la explotación del hombre por el hombre”, y este principio “lo convierte en la base de una muy bien fundamentada concepción de la justicia social”.
La idea de la igualdad
El principio roussoniano de la igualdad y la definición de ésta dentro de la legalidad y en contra de los privilegios aristocráticos es una de las principales ideas del pensamiento
liberal democrático. La cual se expresa en el principio de la generalidad de la Ley y en el desconocimiento del fuero personal del clero y el ejército, aunque en nuestro país y en muchos Estados hispanoamericanos, los militares mantuvieron sus privilegios corporativos.
Esta idea roussoniana, y la noción de la Ley elaborada por Monstequieu, se caracteriza por ser general y universal: “La Ley es igual para todos sin distinción de personas y sexos”. Estas ideas son muy perceptibles en Duarte, forman parte del instrumental teórico que utilizó en el diseño de su proyecto de Carta Magna.
miércoles, 23 de enero de 2019
La ideología revolucionaria de Juan Pablo Duarte - Juan Isidro Jimenes Grullón- pdf descarga gratis
Apuntes de Rosa Duarte y la correspondencia de Duarte son las fuentes principales de donde se extrae la esencia del pensamiento duartiano. Es de esta esencia, precisamente, de lo que se ocupa el texto que ahora se reproduce: La ideología revolucionaria de Juan Pablo Duarte, del historiador e investigador social Juan Isidro Jimenes Grullón. Dicho texto fue publicado originalmente como parte del libro Duarte y la Independencia Nacional (Ediciones INTEC, Santo Domingo, 1976); una edición separada fue hecha por la Lotería Nacional, en 1984, y dos últimas ediciones realizadas por la Fundación para la Educación y el Arte (EDUCARTE), una en febrero de 2003 y la otra en noviembre de 2006.
El autor persigue presentar una imagen del Padre de la Patria con una perspectiva distinta a las de otros autores como Pedro Troncoso Sánchez, Joaquín Balaguer y Emiliano Tejera. Jimenes Grullón enfatiza como fundamental, en la formación ideológica de Duarte, la influencia de distintas corrientes del pensamiento: socialismo, liberalismo, romanticismo y nacionalismo, que recibió durante su permanencia en Europa en la década de 1830.
Las dos últimas doctrinas señaladas fueron las que influyeron decisivamente en la integración de su ideología revolucionaria. Cabe destacar, como lo hace el autor, que el nacionalismo de Duarte estuvo penetrado del liberalismo, que era una corriente política en función de la defensa de las libertades democráticas
de la época.
Para Jimenes Grullón es incuestionable el hecho de que «de la prédica de ese nacionalismo radical nació nuestra República». El haberlo pensado, sentido y enseñado constituye la mayor gloria del prócer.
Dentro de los apéndices señalamos «El Proyecto de Ley Fundamental», el «Testimonio de la honradez del patricio» y un fragmento extraído de «Apunte para la historia de la isla de Santo Domingo y para la biografía del general Juan Pablo Duarte», que se encuentran dentro del libro Apuntes de Rosa Duarte. El primero y el último de estos documentos aparecen citados por el autor
dentro de la presente publicación. Algunas de las ilustraciones presentadas en el texto fueron extraidas del libro La Faz de Duarte de Julio Portillo.
Jacqueline Abad Blanco
domingo, 13 de enero de 2019
MÁXIMO GÓMEZ A CIEN AÑOS DE SU FALLECIMIENTO-EMILIO CORDERO MICHEL-pdf descarga gratis
Máximo
Gómez
Recuerdos.
Páginas
dedicadas
a mi hija Clemencia
A
tí, hija amada de mi corazón. A tí, pedazo de mi alma, amor de
todos mis amores y esperanza de mi vida. A tí, hija mía, dedico
estas líneas que aprenderás como una oración y guardarás en tu
memoria como un recuerdo sagrado. Léelas tú, y haz que tus hermanos
las lean, para que tú y ellos sepan cómo y dónde nací, algo de lo
mucho que he sufrido, y sepan también a quiénes les debemos un
favor, porque quiero que desde la infancia aprendan a pensar, sentir
y agradecer.
Hay
deudas en la vida de los hombres que jamás acaban de pagarse, y es
preciso que los padres las leguen a sus hijos: y cuando tu mano
amorosa cierre mis ojos sin luz, porque haya caído para confundirme
con el polvo de los demás, a tí y a ellos tocará honrar mi nombre y
mi memoria con la gratitud hacia nuestros bienhechores -yo habré
desaparecido de la escena de los vivos.
Esos
amigos, también pueden abandonar este mundo mentiroso y falaz, pero
quedarán sus hijos, justos acreedores para recoger el fruto que sus
padres han sembrado.
MÁXIMO GÓMEZ
EMILIO
CORDERO MICHEL
MÁXIMO GÓMEZ A CIEN AÑOS DE SU FALLECIMIENTO
En
ocasión de conmemorarse el 17 de junio de este año el centenario
del fallecimiento de Máximo Gómez, el director del Archivo General
de la Nación decidió conmemorar esa luctuosa efemérides
con la publicación de este libro.
Para
tales propósitos, en mi calidad de editor he seleccionado, además
de ocho trabajos del propio Máximo Gómez, quince de otros autores
dominicanos, tres de cubanos incluyendo a la hija del Generalísimo,
María Clemencia Gómez Toro, y uno del educador, independentista y
antillanista puertorriqueño Eugenio María de Hostos. Además, al
[mal he recogido algunas de las noticias de prensa aparecidas en el
periódico Listín Diario y cierro la obra con una pequeña sección
iconográfica.
Escogí
esos ocho trabajos de Máximo Gómez porque considero que son los
más representativos de todo lo que escribió en su agitada vida y
porque evidencian su pensamiento social, sus concepciones
revolucionarias y su profundo amor hacia los sectores explotados de
la sociedad colonial cubana. De esas siete exposiciones del
Generalísimo, cinco aparecieron publicadas por primera vez en la
obra compilada por su hijo Bernardo Gómez Toro titulada General
Máximo Gómez y Báez. Revoluciones ... Cuba y Hogar, editada en La
Habana en 1927,volumen que ha sido reproducido en Cuba infinidad de
veces y que aquí yo sugerí publicarlo, al celebrarse el
sesquicentenario de su nacimiento en el 1886 y realizarse la XIV
Feria Nacional del Libro "Prócer Máximo Gómez",
reimpresión que estuvo a mi cargo y que prologué. Los otros tres
escritos han sido reproducidos de publicaciones cubanas,
particularmente del historiador Salvador Morales Pérez y del
Instituto Cubano del Libro. Cada uno de estos siete trabajos, así
como los diez y nueve restantes, tiene una nota al pie de la página
en que comienza señalando la fuente de donde fue extraído o si eran
inéditos.
Presentar,
aunque sea brevemente como en esta ocasión, algunos de los ensayos y
escritos de Máximo Gómez no es tarea fácil porque él es más
conocido por sus actividades bélicas que por las literarias. Muy
poco se conoce de su pensamiento revolucionario y humanista, de su
sensibilidad social que lo llevó a hacer suyas las demandas de
libertad y justicia social de las masas hambreadas y desposeídas y a
profesarles una insondable adhesión mientras, por el otro lado,
sentía un rabioso desprecio
hacia los ricos, hacia los poderosos dueños de los medios de
producción de la sociedad de Cuba. Ése es el Máximo Gómez que
ofrece una faceta ignorada de su extraordinaria personalidad en los
siete trabajos -algunos muy breves- que se reproducen en esta obra
con la que se le rinde homenaje de recordación.
Debo
aclarar antes de continuar, que en todos los trabajos y ensayos
incluidos en este libro, absolutamente en todos, se ha respetado la
versión de su autor, su estilo y forma gramatical y que solamente me
he tomado la libertad de separar ciertos párrafos excesivamente
largos y de emplear, en algunos casos, cursivas en las citas
mencionadas en los mismos, En dos o tres oportunidades ante algún
dato confuso o errado, no lo he tocado y al pie de la página he
colocado una nota del editor para aclararlo.
En
el primer trabajo de Máximo Gómez, Notas autobiográficas, 1
redactadas cuando en octubre de 1984 trabajaba la tierra en su [La Reforma, ubicada en Laguna Salada, Guayacanes, Monte Cristi, y
junto a Martí preparaba la fallida expedición de Fernandina, es en
el que manifestó su sentimiento humanitario y compenetración con
las aspiraciones del ser que más sufría y era explotado en Cuba: el
negro esclavo. Fue en esa oportunidad que declaró que "acepté
al principio la revolución para buscar en ella la libertad del negro
esclavo" y aseguró que fue a combatir a Cuba por su
independencia contra España porque creyó "que peleaba por la
humanidad".
El
segundo trabajo, Recuerdos. Páginas dedicadas a mi hija Clemencia,
fue escrito en Tegucigalpa, Honduras, cuando Máximo Gómez residía
junto con su familia en ese país centroamericano, invitado por el
presidente Marcos Aurelio Soto para organizar el ejército hondureño.
En parte, estas Páginas completan sus datos autobiográficos
ofrecidos anteriormente, especialmente los relativos a su vida y
participación en la Batalla de Santomé y algunas de sus posteriores
experiencias y peripecias en Cuba durante la Guerra de los Diez Años.
En
el tercer trabajo, El viejo Eduá o mi último asistente, igualmente
redactado en La Reforma en julio de 1892, ensayo en el que mostró su
ternura y amor hacia los hombres, es probablemente el más humano y
hermoso de sus escritos. Ello así porque a Eduardo (Eduá), viejo
esclavo negro de 60 años a quien, según sus palabras, "la
libertad le alcanzó demasiado tarde, " le agradeció tanto que
le sirviera por varios años como ordenanza, que se lo dedicó
perpetuando su nombre.
miércoles, 9 de enero de 2019
Historia de la caricatura dominicana. Tomo I. José Mercader, pdf descarga gratis
Para entender la importancia de la caricatura, tanto la dominicana
como la hecha en otras latitudes y en otros tiempos, habrá que comenzar a
asimilar que se trata de uno de los géneros periodísticos más
incidentes, cáusticos y burlescos que se haya tenido jamás a disposición
de los medios.
José Mercader, uno de los principales cultores de
la caricatura y en diseño alternativo, tuvo la idea de producir un
libro (que tendrá varios tomos pero que ahora solo sale el primero) para
presentar la historia mundial y local de este modo de expresión, uno de
los de mayor impacto dada la facilidad y gracia con que llega su código
gráfico, el innato deseo de todo el mundo de ridiculizar a personajes
que no son de su agrado o de exaltar a quienes sí lo son, mediante un
tipo de gráfica amigable, simple, de trazos que sugieran sus
características.
El libro
Pese a que
Mercader, mucha gente lo tiene como un artista inoconoclasta, informal y
rebelde, en este ensayo evidencia una formación intelectual
suficientemente sólida como para embestir la tarea de presentar la
historia del género desde sus orígenes en el antiguo Egipto, transitar
junto a la historia de la Humanidad, pasar por el Renacimiento y la Edad
Media y llegar a la Edad Moderna, para centrarse en el origen del
género en República Dominicana.
Evidencia Mercader un férreo y
estricto sentido de investigación, al presentar una relación de nombres
y obras en caricaturas que recorren desde antes de la
conformación de la República Dominicana, periodo en que se destaca el español José Alloza Villagrosa, quien retrata los personajes de la intervención haitiana y los aprestos de independencia y restauración y quien deja ver su racismo, al presentar con características simiescas a todos los negros, incluyendo al general Pedro Santana. Mercader logra probablemente el mejor d e los libros sobre la caricatura dominicana, con el apoyo de la Dirección General de Aduanas y el Archivo General de la Nación.
Un Apunte
Exagerar es la clave
Caricaturizar
es extremar rasgos y características, procurando dejar pistas para
reconocer el personaje. Mercader, Harold Priego, Cristian Hernández,
Gimbernard, Yoryi Morel,Eduardo Martos Díaz, todos quedan prendados de
esta exigencia gráfica.
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